Sabes que miento cuando digo que nunca he amado, hay veces que lo hago con tanta fuerza que rompo algunas cosas. Me siento culpable y dejo de creer en mí. Pero ahí estas tu retándome a vivir, utilizando las derrotas a mi favor. Sabes que por llevarte la contraria soy capaz de sonreír.
Me levanto del suelo, reinterpreto las señales y embisto a la vida con fuerza.
Algunas veces lees mis historias buscando algo de ti en sus frases, no te das cuenta de que no tienes que ir tan lejos para verte, solo mira mis ojos cuando te sonrío. Reflejan todo lo bueno que me das, esas verdades como puños que me enseñaste a esquivar. Me coges de la mano y me levantas una y otra vez, siempre atento a cada gesto que delate como me siento. Estirando de mis orejas cuando me rindo.
De ti aprendí a coger la pena por las solapas y decirle que tiene el tiempo justo para huir. Que en plena noche puede haber una luz que te deslumbre y que los días de lluvia solo hay que abrir el paraguas y dejarse mojar.
A veces guardamos en los trasteros las cosas más importantes y no podemos evitar sentir que aún están vivas detrás de la puerta. Que el tiempo lo cura todo pero también lo hace más real. Ya no escondo la cara cuando me hablan de vida y salgo a buscar cada segundo para retenerlo a mi lado. He perdido el tiempo escuchando la voz equivocada, la que hablaba desde el rencor y el miedo a romperme de nuevo. La que me ataba al dolor y a estas paredes donde solo se respira el humo contaminado de falsos recuerdos. He abierto las ventanas para que entre aire nuevo lo inunde todo y arrastre el polvo del pasado. Lo intentaré de nuevo, te prometo que esta vez la apuesta la ganaré yo. Y tu fingirás ser perdedor con tu sonrisa y me guiñaras un ojo invitándome a un abrazo.
Porque hoy estoy segura que en cada cruce hay miles de caminos que me haran dudar, pero ya no me preocupa, ahora sé que todos llevan a mí.
lunes, 5 de enero de 2015
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Responde esto a tu pregunta? Se perfectamente en que momento debí callar, pero no lo hice. ¿Valía la pena dejar de ser yo misma para ser como tu querías?. La respuesta es tan simple como un no. Era bonito verme con tus ojos, hasta que me miré en tus pupilas y ví a esa mujer, ¿quién es ella?. No puedo culparte, era yo la que se cambiaba de disfraz para convencerte de que me querías.
Corrí en todas las direcciones huyendo de ti, me escondí en todos los rincones, buscando unos ojos cristalinos, capaces de verme en toda mi totalidad. Te cambie por una canción, te vendí por un beso, perseguí otras mentiras vestidas a medida.
Fuera donde fuera siempre volvía a ti, con más heridas que lamer. LLegué a pensar que tal vez, ella era yo, y tus ojos no mentían, que había cometido un tremendo error alejándome de ti. Te veía sonreir cuando me perdonabas, pensé que todo iría bien si evitaba tu Juegos PC.
Paso el tiempo y seguías aquí, todo vovió a la normalidad, los días largos de invierno cedieron ante los colores de la primavera y yo cedí ante la evidencia de que la ciega era yo. Una de mis noches de insomnio deambulando por la casa, descubrí unos ojos que me observaban sin parpadear. Quise ignorarlos pero me seguían por los espejos. No decían nada, pero lo sabían todo.
Empecé a tener pesadillas y miedo a dormir, me pasaba las noches concentrada en tu respiración. Pero ellos seguían viniendo con las mismas preguntas, cada Juegos PC más cansados. -Esto no puede seguir así. Eso me dije la última noche que pase a tu lado.
Destape los espejos y me senté a esperar, no tardaron en venir, pero esta vez fui valiente y les pregunte el por qué de su persecución. -Asómate y veras nuestra verdad. Ví la imagen más clara y pura de mí, mis ojos no mienten, yo soy demasiado grande para ese disfraz. Cogí mi reflejo y me fui, estaba demasiado desnuda para decirte adiós.
Soy consciente de que me equivocare en mil ocasiones y cometeré los mismos errores una y otra vez, pero ya no necesito los ojos de nadie para ver lo que soy.
Se acabaron los disfraces y trajes a fuente.
Corrí en todas las direcciones huyendo de ti, me escondí en todos los rincones, buscando unos ojos cristalinos, capaces de verme en toda mi totalidad. Te cambie por una canción, te vendí por un beso, perseguí otras mentiras vestidas a medida.
Fuera donde fuera siempre volvía a ti, con más heridas que lamer. LLegué a pensar que tal vez, ella era yo, y tus ojos no mentían, que había cometido un tremendo error alejándome de ti. Te veía sonreir cuando me perdonabas, pensé que todo iría bien si evitaba tu Juegos PC.
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